martes, 17 de agosto de 2010

“El terrorismo siempre es y ha sido una construcción del Estado”

El “terrorismo” siempre es y ha sido una construcción del Estado. Se acusa a quien se quiere castigar de “terrorista”. Cuántas veces no ocurrió en Chile? ¿Cuántos acusados de terrorismo en el mundo no han ganado posteriormente el Premio Nobel de la Paz? Es una herramienta malvada del Estado y en este caso del Estado chileno. Además muy poco adecuada. Cuando se acusa de terrorismo las personas son criminalizadas y se desata una espiral que es muy compleja y a veces muy difícil posteriormente de resolver. He estudiado la casi totalidad de los juicios, los que son públicos, y me cabe la convicción que las acusaciones son absolutamente injustificadas. Durante los gobiernos pasados se criminalizó de un modo inaceptable el “conflicto mapuche”.
La mayor parte de los casos concretos son situaciones locales de viejos conflictos entre propietarios y comunidades. Nunca a nadie se le ocurrió que un conflicto de límites, una reivindicación territorial, deslindes, etc.…fuera terrorismo. Hay un gravísimo error conceptual y a lo más una enorme desproporción que cuando los juicios avanzan no resisten el valor de la prueba. El Estado y el Gobierno fue presionado por una serie de fantasmas, muchos de ellos de carácter internacional, que veían en las acciones reivindicativas de jóvenes mapuches, a figuras como Bin Laden o cualquier otro constructor de “la guerra contra el mal”. La presión de los intereses regionales fue y ha sido muy fuerte. Con una gran irresponsabilidad el Diario El Mercurio asumió esos intereses de manera ciega y con el ánimo de confundir y erosionar a los Gobiernos de la Concertación, el famoso Plan de Desalojo, levantó el fantasma del terrorismo.
Los medios de comunicación en Chile han llegado a un grado de monopolio y control espectacular. Lo que no les interesa a sus propietarios, que coinciden con los grandes propietarios de todo y ahora del poder político del ejecutivo, no existe, y esa es una verdad del tamaño de una catedral. La huelga de hambre ha sido silenciada. Pero cuidado que es la peor política, ya que en estos casos cuando la situación se pone crítica, ojala que no llegue al nivel de peligrar las vidas de los huelguistas, va a explotar. Las consecuencias no las podemos siquiera imaginar.

Las acusaciones de guerrilleros y terroristas son acusaciones sin fundamento y que solo expresan el racismo de ciertos sectores que consideran que los mapuches no son capaces de llevar en forma autónoma un movimiento de estas características. Los dirigentes mapuches no tienen nada que ir a preguntarles a los vascos u otros pueblos en situaciones radicalmente diferentes y en contextos políticos muy distintos. Muy diferente es que haya solidaridad entre los pueblos. Hay una paradoja en todas estas acusaciones de apoyo internacional. Las elites del país están orgullosas de la globalización, pero aceptan las redes globales solamente en lo que les interesa. Cuando no es así acusan de “ingerencia extranjera” en los asuntos nacionales. Alguien podría preguntarse por el doble estándar.






Analisis de Jose bengoa sobre acusaciones "terroristas" contra el pueblo mapuche

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