martes, 10 de febrero de 2009

Energia de cambio

En el último tiempo nuestro continente Latinoamericano ha vivido un resurgimiento de ideas, experimentando un proceso de reflexión centrado en nuestra historia mas reciente, lo que somos y lo que hemos construido como continente. Esta reflexión sin embargo no esta exenta de frustración y derrotismo, por lo que alguna vez se vislumbro pero que nunca llego. Sin embargo no es de nuestro interés indagar en temas ya manoseados con anterioridad, por el contrario nuestro centro es asumir el pasado con sus virtudes y traspiés, como parte de un proceso ejemplar para hoy.

Nuestro continente a debido soportar abusos y vejámenes desde la llegada del conquistador, y sin importar la forma ni el explotador de turno, siempre a sido sometida en su dignidad ya sea por intermedio de la violencia mas explicita u otras formas mas sutiles. Sin embargo de vez en cuando nuestra tierra se levanta en rebeldía contra esta condición injusta y desigual que la somete, y así como alguna vez lo fuese en las guerras de Independencia o en las revoluciones de mediados del siglo XX, se respiran aires de sedición y lucha por la libertad.

Es así como en los últimos años hemos presenciado el nacer de una potente energía de cambio desde lo más profundo del alma Latinoamericana, que se presenta incomoda y contraria al Neoliberalismo imperante en el mundo. No cabe duda que el Neoliberalismo se rebalsa de lleno, y a costa de millones de personas, pero centrándonos en el caso particular de nuestra América dependiente, los daños son incalculables ya sea en lo económico, lo patrimonial y lo netamente humano. En el ámbito económico es sabida la expropiación indiscriminada de nuestras riquezas a lo largo de más de un siglo, y es por esto que quiero centrar mi análisis en nuestro patrimonio cultural y humano. Los recursos naturales explotados por las grandes riquezas son cada vez más significativos, y así como alguna vez fue el petróleo o el cobre, hoy son nuestros bosques, nuestro medio ambiente, el que esta siendo destrozado por las manos de la ambición y la codicia. El medio explotado en forma indiscriminada y sin un mínimo conocimiento de causa jamás se regenera, no volverá nunca más. Es por esto que resulta fundamental que aprendamos de nuestra tierra y la respetemos como un ser vivo, un ser humano parte de un conjunto al que también pertenecemos

El neoliberalismo también es el responsable directo de nuestra sociedad agobiada, en donde el dinero es mas importante que la vida de las personas, en donde se privilegia la idea de mercado por sobre la vida. Las personas viven para pagar cuentas y algunos estados como el chileno hace caso omiso al pesar de su pueblo.

Es por este y muchos motivos mas que resulta fundamental que se produzca un despertar de nuestro continente y que esas brisas de cambio crezcan cada vez más en post de un continente que lo merece de una vez por todas.

Para nadie es un novedad que en Latinoamérica a primado una cultura de la impotencia, en donde las masas ven con impotencia lo que ocurre y callan, no obstante se avizora un cambio importante, que si bien se gesta en silencio y en una aparente indiferencia, pero que desde esta impotencia se inicia un proceso de construcción, de solidificación de fundamentos.

Este proceso debe contar con la unidad y el trabajo conjunto de todos los actores de nuestra tierra, Las grandes potencias que parecen muy distanciadas, son las primeras en saber que la unidad es la forma para crecer, y nuestra Latinoamérica no ha de ser la acepción, somos tanto que seguimos en pie estando distanciados y juntos lo seriamos todo, somos un continente dividido por fronteras ficticias, con un gran potencial humano y cultural que debemos explotar para que no nos sigan explotando.


roter